viernes, 30 de mayo de 2014

Camaleón que viene y va....



Era el año 2008 recién terminaba de leer “Comer, Rezar y Amar” del Elizabeth Gilbert, por supuesto, ¡Me había encantado! y esa tarde cuando cerré el libro inmediatamente me llamó mi mejor amiga llorando desesperada, su marido había abandonado la casa, sin dejar una nota lo suficientemente explicativa, unas cuantas palabras en un simple papel junto a su almohada: “TEN UNA BUENA VIDA”, “así tan simple, tan sin sentido muy Típico de Ricardo (nombre ficticio) me dijo ella” y “¿Qué se llevó de la casa? Practicamente nada, su ropa, el reproductor de dvd y el balón de fútbol”. Yo le dije: “ya mismo llego a tu casa!” y treinta minutos después estaba con ella, tratando de consolarla un poco. Estuvimos muchas horas hablando, bueno, en realidad toda la noche a las 4 am cuando ya estaba en mi coche ella al despedirse vio en el asiento del copiloto, el “Comer, Rezar y Amar” y le dije: ¡Leélo te servirá! Los siguientes días mi amiga estaba totalmente fascinada por la lectura, la verdad le hizo muy bien, esa navidad meses después decidió recorrer Europa y un par de años después se volvió  a casar con un chico que le recordaba un poco al Felipe del libro.  Hace unos días atrás, ella pasó un momento a mi casa y me devolvió el libro, yo no lo archive con los otros libros en la biblioteca, simplemente lo deje dentro del armario, es más aun no entiendo porque lo dejé ahí… Esta mañana mientras buscaba un par de calcetines… Plop! El libro cayó y propiamente dejó a mi vista una página en especial con una frase subrayada quizás por mi amiga, pues yo no soy de subrayar ni escribir sobre un libro… la frase como es de esperarse me hizo pensar y por qué no recapacitar: “"cuando se acaba el karma de una relación, sólo queda el amor. Y eso es bueno."

Karma is a bitch, me decía un viejo amigo… y yo le terminaba la frase, but a least she keeps it real… Claro, tantas veces me la había dicho que ya la tenía memorizada. Sí puede ser que el Karma sea una cabrona, pero, al menos te hace ver la realidad…


Y cuando pienso en Karma y todas esas lecciones pendientes o situaciones no resueltas se me viene abajo toda aquella trama de novela de Charles Dickens, siempre esperando que algo bueno le suceda al protagonista, en este caso yo, o que al menos todo acabe con un final feliz. Y Definitivamente me doy cuenta que no soy ni Philip Pirri y mucho menos David Copperfield , ese sueño de la casa cerca de un río y varios hijos jugando en los alrededores, no son  más que los sueños delirantes de mi Luna en Casa 4. En esto pareciera que mi nodo sur en conjunción con Saturno se riera y me dice: ¿Lo Quieres? Pero, nunca lo tendrás! Y si lo quieres primero a lo tuyo a saldar cuentas..


Exacto porque si existe una posición  que es muy del saldar cuentas es precisamente esa conjunción, si has nacido con ella, te diré que mejor, vas de una vez mirando y descifrando de qué va la cosa…. Porque de alguna manera tarde o temprano te llegará el recibo pendiente a pagar! Y algunas veces llega hasta con una multa por atraso!


“Karma Chamaleon, you come and go, you come and go”, cantaba Boy George en los ochentas y yo ni puñetera idea de cuál era ese camaleón que iba y venía… Karma, Karmita, Karma ¡Quisiera yo ser más fuerte y resistirme a tu poder! Pero, parece que algunos simplemente nos toca un poquito más que a otros. 

Le conocí, me pareció fascinante, es más me pareció fascinante desde su primera palabra en el Chat y eso era absolutamente fuera de mí, nunca me ha interesado mucho los demás, y por el chat del Facebook, mucho menos. Pero, este chico, llega me dice Hola y un etc… y tres líneas después estoy yo echándole los tejos, así descaradamente, el click fue absoluto en mí, me gustaría pensar que en él también, pero, solo puedo estar seguro de lo que yo siento, todo lo demás sería extrapolar a mi conveniencia. Ha pasado algún tiempo desde entonces, y lo que no me preocupaba antes ahora me preocupa, lo único que parecía estar estable en ese entonces ahora es un puente colgante a punto de desplomarse, y me pregunto: ¿Podría arriesgarlo todo por él? Y la verdad desde mi punto de la más dulce y pura enajenación, sé que mi respuesta es un sí rotundo, por él soy capaz de hacer más de lo que he hecho por cualquiera, es más podría olvidarme de todos los demás.   Y cuando trato de observar mi propio comportamientos, las decisiones que se empiezan a gestar en mí, me doy cuenta que seguro este chico y yo hemos venido compartiendo vidas, ¿quién sabe desde cuándo? seguro desde Caín y Abel…

 

Y Será que la astrología pudo haberme ayudado un poco más… la verdad es que sigo pensando que el destino es inamovible, la teoría aquella de que el río siempre tomará su curso por más cambios que se traten de hacer, así lo veo yo. Saturno como esa lección que debes de aprender es inamovible, te coloca en el aquí en el ahora resolviendo asuntos de un poco más atrás.

Are you ready for miss Karma? Me dijo, Gina, mi Astro asesora, profesora y también terapeuta experta en regresiones, allá en un pequeño pueblo de un estado del Norte de los Estados Unidos. Sí, claro, estoy muy listo!! Jajaja, así conocí los nodos lunares, entre mi primera regresión y un deseo de salir después… y ¿cómo te fue, me preguntó?: Tengo mucha hambre! Llamemos a Mc Donalds, claro, venía de verme muerto por inanición en prisión y morí porque el carcelero gozaba viéndome así… Claro, tenía náuseas y a la vez mucha hambre cuando regresé. El big mac y la coca cola me supieron como nunca antes. Una, dos, tres y cuantas regresiones tuve, ya ni me acuerdo, regresé a mi país, con una serie de emociones encontradas, pero, al volver a la universidad a los estudios, todo se iba olvidando, claro, lo que me convenía olvidar.

Porque el Karma camaleón va y viene…. Y de repente se me repite situaciones, y siento emociones que había sentido atrás, se me olvida comer cada vez que siento que me quiero morir y ayer precisamente recordé esa regresión, y duando me dí cuenta que eran las 5 de la tarde y no había comido o bebido en todo el día, fui en busca del Big Mac,  yo no quisiera más nada que me haga retorcerme en la aflicción de mis otras muertes, pero, pareciera que a veces eso es lo que hay…


Y hoy, la frase del Libro, me hizo meditar tal vez no es solo mi Karma, ¿tal vez no tengo que trabajarlo solo yo, tal vez cómo me siento yo, se siente el otro? Y el día transcurrido analizándome, pensando ya desde un punto de calma en que erro o no, si lo que me sale mal  solamente, son situaciones que detonan en mí, momentos críticos que no solucioné, si son el reflejo de una acción equivocada del pasado. No lo sé, nunca tendré la certeza para saberlo, pero, sí para sentirlo.

Saturno tiene una lección y es el tiempo, que esperar es mejor que irse de bruces, darse un tiempo y pensar antes de actuar, pero Saturno también nos habla de soledad, y si causa el problema también es la solución. No puedo eliminar el karma de una relación si primero no trabajo desde mi propia individualidad, y no por egoísmo, sino simplemente porque no puedo tomar decisiones basadas en el otro, porque al hacerlo, simplemente, estaría coartando la libertad del otro, porque lo que yo pienso del otro, no es más que lo que yo quisiera que hiciera para mi bienestar, o peor aún no es más que un reflejo de lo que yo haría si yo fuera él.  Por eso, Saturno es madurez, el llegar a este punto y me siento como con unos cuantos años más encima, bueno, quizás las noches sin dormir de los últimos días también tengan algo que ver! Pero, eso es otra historia, aquí lo importante, es saber que yo no puedo elegir por el otro, por más que quisiera, por más que crea que mis decisiones son las correctas, por más que le ame, puedo buscar la negociación pero tenemos que estar en un mismo nivel y si uno está más bajo que el otro, tenderle la mano con amor y sacarle del fango si es necesario, y el otro, el que hasta ahí, debería tranquilizarse y aceptar la ayuda. Saturno es ese camaleón, sin duda alguna, de hecho, se dice que es el gran actor, pero, Saturno es más que eso, es la solución cuando logras encontrar tu balance interior, el equilibrio, no en vano este planeta se exalta en Libra, el signo que precisamente representa eso y además la individualidad, hacia un proceso, del Yo, del “Tú y Yo” y finalmente del Nosotros, como una unidad indivisible, porque al final cuando hemos depurado, sanado con el otro, ya volvemos a un mejor sitio en donde somos lo que somos, dos que en realidad son uno.