“Y tú que estás
allí, ánima viva,
aléjate de estos
que están muertos”
Inferno, Divina
Comedia
Canto III
A la mayoría de
los astrólogos, nos les parece bien, hablar de plutonianos, uranianos o
neptunianos, de alguna manera asumen que la personalidad que genera Urano,
Neptuno y Plutón se desliga por completo de eso, de la personalidad. Estos tres
planetas se les llama colectivos y su función psicológica es desligarnos del “Self”
y contactarnos con el todo. Sin embargo,
no puedo negar, que la influencia de estos planetas sobre nuestras luminares, o
sobre nuestro regente solar, generan una cierta naturaleza. Yo soy plutoniano,
mi Sol está en contacto con Plutón, igual consideraría a cualquier Escorpio
plutoniano per se y en menor grado toda aquella persona con una Luna-Plutón, un
Plutón en el ascendente o en el MC y claro una casa 8 protagónica.
Hablar de cómo
nos enamoramos, es hablar de todos nuestros planetas, de cómo se activan cuando
llega a nuestras vidas esa persona que nos hace sentir mariposas en el
estómago. Sin embargo, la manifestación más notoria del enamoramiento, la
otorgará ese planeta que lidera nuestra carta natal. Hoy dedicaré unas líneas a
Plutón, a cuando Plutón se enamora.
El plutoniano
vive en un mundo de oscuridad, incluso cuando lo niega, la luz pareciera
molestarle, quiere vivir inmerso en el
anonimato, pero, su pulsación es fuerte y siempre parece que hay un enjambre
pululando a su alrededor, en un principio, le incomoda, pero, sabe que como él,
muchas veces no son más que almas torturadas por una realidad que ya no se
sostiene. La luz plutoniana ilumina tanto el mundo de los vivos como el de los
muertos. En esa especie de Limbo, ve la vida pasar, y como el Hades mitológico,
cuando sale al mundo exterior tratará siempre de usar una capa de
invisibilidad, pero, su luz negra es transformadora y en la superficie es más
evidente de lo que el mismo considera, siempre, el plutoniano termina lanzando
esa granada (y no la fruta que también es plutoniana casualmente), ya sea con
una palabra, una opinión o la acción disruptiva de su propia naturaleza. El
paso a la superficie siempre es doloroso para este personaje, pero, el dolor,
el sufrimiento, el sentimiento de autoexclusión y la tristeza sin límites, no
le son ajenos, de hecho forman parte de él.
Este ser
plutoniano es altamente sexual, este tipo de energía puede ser un don o una
especie de tortura, nunca quiso tener ese “sex appeal vampírico” tan solo quería ser uno
más, tan solo quería ser amado como cualquier otro, sin embargo, en algún punto
de su vida, convierte el sexo en una moneda de trueque. Por un poco de compañía
entregar su cuerpo le parece un buen precio a pagar, pero, su alma, esa siempre
seguirá intacta en espera de la amalgama perfecta.
El plutoniano quisiera
vivir solo en su pequeño Hades, alimentando a Can Cerbero, bañándose en las
aguas del Estigia, olvidando sus penas, no quisiera más que hablar con Caronte
y saber que nuevas almas han ingresado al Inframundo. Pero, el Amor, es más
fuerte que todo ese deseo y en el fondo, el plutoniano solo quiere pertenecer,
encontrarse con ese “significant other” que le haga morir y renacer a cada
instante.
La ambigüedad es
muy fuerte en él, se siente frágil mientras todos le ven fuerte y valeroso,
desde la infancia ha lidiado con temas escabrosos y aunque los ha superado,
teme involucrarse con los demás, porque se siente maldito, siente que solo trae
a la vida de los demás la perdición. Desea en lo más profundo de su ser que
alguien devore su alma con besos pasionales, que le haga volver a la vida, le
haga sentirse hermoso y deseable y no esa “rara avis” que ha decidido creerse.

Cuando esto
ocurre, el plutoniano, se siente acorralado. Ha querido creer toda su vida que
busca el control, que es una bestia indómita que nadie le domesticará, pero,
sabe que todo es una falacia que lo que más desea es comer directamente de la
mano de su amo. No le interesa los roles, no piensa en femenino ni en masculino,
solo le interesa la pertenencia, ser uno con el otro, sin importar, quien
domina a quien, solo quiere la fusión, solo quiere eso. Sentirse realmente
amado aunque solo sea un instante, aunque solo sea una vez, después todo puede
acabar, el mundo colapsar, el cielo abrirse y escuchar las trompetas apocalípticas,
que a él, eso le tendrá sin cuidado.

El Amor nos
transforma a todos, pero, su efecto es más notorio en el plutoniano. Lo que era
oscuridad, (que nunca lo fue) se vislumbra como luz, lo que era miedo se
convierte en seguridad, la tristeza en alegría y las conversaciones con los
fantasmas que habitan el Hades son ahora solo recuerdos, porque ahora
el señor Hades solo quiere vivir en función de su amado, de ese hombre que le
ha hecho pensar que nunca estuvo muerto, que simplemente estuvo en espera… en
espera de sentirse uno con él.