Me miró directamente a
los ojos, su mirada era vidriosa, ya la vida se le iba y yo, yo, no
sabía qué hacer. Ella (porque aunque había nacido como un él
merecía morir como toda una mujer) me dijo con su voz moribunda y
quebradiza: ¿Cuéntame una historia? hazme reír, dime si esta
mañana hacia calor. Yo, apenas tenía veinte años, pero, tenía a
mi lado, la fuerza y el ímpetu de la juventud y de tres años
trabajando como voluntario en esa ala del hospital. Sabía que no
había ya mucho por hacer, ni la lamivudina, ni la zidovudina ni
ningún otra droga antiretroviral de aquel entonces parecía poder
rescatar a mi amiga de las garras de aquella plaga, que hoy veinte
años después sigue aquí, tan vigente y actual.
Te contaré una historia,
te haré reír, y sï la mañana era caliente, el Sol brillaba, bañaba
con sus rayos mi piel. Mi historia como todas era de esperanzas, de
un mundo en donde todos podíamos amarnos, en donde yo te amaba
porque te amaba no había más razón que esa, era, la proyección de
mi propia Venus natal. Improvisaba, inventaba personajes, no quería
ver a mi amiga dormir, temía que al cerrar los ojos nunca más los
abriría, le inventé mundos, ciudades, animales, invente incluso una
superheroína Drag que la rescataría y le subiría los niveles de
la CD4s con sus poderes. Pasaba las tardes ahí en el pabellón de
los incurables, de los abandonados, no me sentía bien en aquel
ambiente, pero, sabía que sí yo estaba así siendo ceronegativo,
como podrían estar ellos y ellas. A veces llegaba por la tarde a estar con ellos, a cuidarlos y mi amigo Esteban
me decía hoy falleció Candy, hoy, Miguel ya no está... ¡Quería
llorar no podía hacerlo, quería romperlo todo y salir corriendo,
pero, si lo hacía quien cuidaría de mis ángeles! Y lo único que
hacía era decir para mis adentros con la típica arrogancia de un
veinteañero: ¡Maldito SIDA, un día te venceremos!
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Siguen siendo nuestras mejores amigas |
Han pasado unos veinteaños
ya, y estoy yo aquí escribiendo de forma anónima en un blog de
astrología gay. Lo hago así no por temor ni nada por el estilo,
porque ya en mis 40s, aquel ímpetu, aquel deseo de luchar aunque
sigue estando ya no se manifiesta tan fuerte, tan personal, sino más
bien de una manera impersonal, y no quiero decir con esto que haya de
repente dejado de ser persona y me hubiese convertido en un robot,
no, mi Venus sigue ahí, sigue creyendo que te puedo amar sin tener
una razón clara de porqué lo hago, mi Mercurio sigue ahí contando
historias, ya no a travestís moribundas, o adolescentes gays
prostituidos debido a la pobreza extrema, pero, si a ti, y en
especial a ti, que crees que esto de ser homosexual es fácil, es una
moda, algo muy fashion, porque no lo es, ahora es más fácil, pero,
aún seguimos siendo las brujas del siglo XXI y la cacería en algunas latitudes sigue tan vigente como siempre. Es casi Halloween y
seguro te chocará un poco que le preste tanta atención a una fiesta
que no tiene sentido en nuestra sociedad de habla española. Pero, en
realidad amo Halloween por la razón contraria a la que de niño
amaba la Navidad. Porque era en Halloween cuando podía dar, porque
para ese día la ONG de la que participaba organizaba toda una fiesta
de disfraces y recaudábamos dinero suficiente para ayudar un poco
más a esos pacientes. A veces el dinero era tal que hasta podíamos
comprar regalos para Navidad. La gente nos ignoraba en la calle,
porque vivíamos algunos disfrazados de pura heterosexualidad. Pero,
llegaba la noche del Halloween y Madonna cantaba “Something's
coming over, my baby got secret” y era ahí en ese momento cuando
se levantaba el telón y caía la noche, y nosotros eramos nosotros,
libres de ataduras, libres de imposiciones, algunos soltaban más
pluma que otros, pero, a nadie absolutamente a nadie le importaba.
Estábamos ahí por una causa, por Candy, por Miguel, por Sebastián
y otro tanto más que no merecían haberse ido así, sin un adiós de
sus padres o un perdón de la iglesia.
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Y Nosotros eramos Nosotros |
¿Por qué te hablo de
esto en un sitio de Astrología? Porque es casi Halloween te dije, y
el Sol brilla en Escorpio, el signo con el que relacionamos la casa
8. La casa de los secretos más oscuros, de la sombra, de lo que papá
y mamá no quieres que sepas, los esqueletos en el armario están
ahí, pero, en ese closet tristemente también estuvimos nosotros,
algunos por más tiempos que otros. La 8, una casa muy escorpiónica,
muy plutoniana, pero, también muy gay. Guardamos ahí el rechazo,
nos escondemos del bullyng, incluso algunos se atrevieron a casarse
con una mujer y guardar ahí en la 8, su verdadera pasión, su pasión
“antinatura” por otro hombre. La casa 8 es la del Sexo, el buen
sexo, el malo, el no tan bueno, el no tan malo. Es oscuridad para
algunos para otras no es más que luz latente esperando surgir de las
tinieblas, la casa 8, es la de la Muerte y las posesiones que no son
nuestras, pero, que lo serán, eso que llamamos Legado.

¡Gracias por compartir! ¡Feliz Halloween!
ResponderBorrarfeliz halloween !!! impactante ...pero real ...☼
ResponderBorrarHola como estas, me impacto mucho la historia, yo tengo el sol en geminis en la casa 8, tambien la luna y marte en geminis en casa 8, y mercurio en tauro casa 8, como veras tengo 4 planetas en la casa 8, a escepcion de venus que lo tengo en leo en la casa 10, asi me siento yo una luz en la oscuridad, que pasa inmune a todos los peligros que pasan por la vida, me gusta la psicologia a pesar de haberme graduado de abogado, a pesar de todo me gusta ser un hombre atractivo pero misterioso e inexplorable, tengo el ascendente en libra, pero con saturno y pluton en mi ascendente libra casa 1, pero retrogrado lo cual me hace timido, exigente y un poco ambicioso con tez de envidia oculta, pero siempre me gusto investigar que hay detras de cada quien dentro de sus sombras de su lado oscuro explorarlo, investigarlo, e irradiarle luz interna con sus aportes y soluciones, escelente pagina, muchos saludos desde Venezuela.
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