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Ciertamente |
Llegamos a cierta edad, y de repente,
decidimos limitar nuestros sentimientos no le damos cabida a algunas
sensaciones, porque o estamos ya muy viejos para eso, o, tenemos
otros compromisos o prioridades. Pero, como, suele pasar, en estos
casos en los que creemos que tenemos absoluto control de lo que
podemos o no sentir, de lo que podemos o no hacer, la vida con toda
su fuerza nos abofetea con descaro.
Los límites, en realidad no nos los
imponemos, en realidad la sociedad y todos sus mecanismos de
clonación (hacernos idénticos los unos de los otros) son los
culpables de tanta lobotomía absurda. Desde un punto de vista
astrológica todas esas limitaciones se relacionan con Saturno. Pero,
hoy no quiero hablar de él, sino al contrario, de quien disuelve los
límites.. Hoy es el turno de Neptuno.
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Te gusta más la montaña pero la playa no está mal |
Neptuno la fuerza planetaria que es
capaz de borrar todo con su oleaje, Neptuno tiene la capacidad de
recordarnos que somos almas encarceladas en una prisión corpórea, y
este concepto, no es nuevo ya desde los tiempos antiguos se ha
planteado. Neptuno, ha sido uno de mis favoritos, es locura, es
alucinación, es perderse y no volver, es la irrealidad que es la
realidad, es el escapismo, me he refugiado en él, en más de una
ocasión. No he terminado en el manicomío ¿por qué?... mmmm... la
verdad no lo sé.
Neptuno representa el océano y todas
las maravillas que encontramos en él. En Neptuno encontramos
respuestas, pero a diferencia de Urano (otro planeta exterior) no
encontramos las respuestas afuera, más allá de las estrellas, sino
aquí en nuestro planeta, en el interior del mismo océano. Neptuno
es la más pura expresión del elemento agua, porque en si él es
Agua. Es el agua que penetra todos tus intersticios y te inunda de
emociones incontrolables, te hace perder la razón y con todo gusto
estás dispuesto a hacerlo.
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Mmmm..... la playita! |
Neptuno se encuentra muy cómodo en
Piscis,es el signo de su propia regencia, Piscis son los peces y
Neptuno el Mar, todo cuadra como si fuera un perfecto puzzle. Neptuno
deja su retrogradación hoy, y la marea baja, lo que ocurrió
mientras estuvo retrógrado, puede que sea una especie de espejismo
para muchos, que cuando abras los ojos no quede nada, puede ser que
el canto de las sirenas acabe y también su hechizo. Pero, también
puede ser que al abrir los ojos, te enteres que la realidad supera a
la fantasía y que lo que creías un sueño estaba ahí frente a ti,
esperando a hacer descubierto.
Neptuno es el amor sin límites,
Neptuno de hecho es todo sin limites, sin barreras, pero, me gusta
pensar en Neptuno como la manifestación más grande del Amor, de
hecho, Venus el planeta del Amor se exalta en Piscis y Neptuno es
considerado la octava mayor de Venus. Venus es atracción que se
necesita para unir dos cuerpos, pero, no necesariamente este
encuentro va a concluir satisfactoria. Mientras Neptuno es la
atracción necesaria para unir dos almas que en un principio fueron
una. Neptuno trasciende toda razón, toda lógica, se ama porque se
ama, no hay más explicación. Neptuno no borra tu pasado, lo
amalgama, con el presente y el futuro y quien cae en ese influjo, cae
en la más exquisita de las sensaciones.
En psicología se habla de la experiencia océanica, a un extremo estado de alteración de la conciencia. Freud lo relacionó con la religión y el extasis vivido por algunos mártires, por el contacto a una etapa previa a la formación del Ego. Jung con el contacto con la psique colectiva ( Inconsciente Colectivo). Sea como sea, esta experiencia oceánica que por cierto en inglés se le denomina “Oceanic Feeling” y por ende se le relaciona más las sensaciones y emociones, es lo que se siente cuando Neptuno te hace abrir los ojos y ves que los sueños ya no son sueños ni la realidad es realidad.
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Ya no dudo, dejé de pensar |
Te decía al inicio, tendemos a
limitarnos pero, la vida te da uno de sus "knock outs" y todo cambia.
Yo, me enamoré con Neptuno retrógrado, tuve miedo, tuve dudas,
incluso dormí muy mal. Tenía miedo a un día como hoy y pensar que
el mar me arrebataría lo que me trajo, pero, a pesar de lo que
muchos recomiendan cuando Neptuno se encuentra retrógrado, y es
salir huyendo hacia la orilla y esperar que vuelva a estar directo
para volver a intentarlo, yo, me hundía más y más en la
profundidad neptuniana. Neptunizado hasta más no poder, me di cuenta
que yo ya no era yo, era mi alma que se había encontrado con su
complemento, que ya no había cabos sueltos y que el día en que el
dios del Mar volviera a estar directo todo sería mejor, porque la
fusión había sido total y ahora sólo queda vivir el sueño pero ya
despiertos.
Porque es precisamente eso lo que
propone Neptuno en Piscis cada vez que vuelve a estar directo, vivir
en función de tus sueños, porque una vez que contactaste con ellos
en su retrogradación ya no hay vuelta atrás. Llegaste al punto de
no retorno y aunque salgas del Mar, el Mar sigue contigo.
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