martes, 12 de noviembre de 2013

Esa experiencia oceánica llamada Amor: Neptuno directo


Ciertamente

Llegamos a cierta edad, y de repente, decidimos limitar nuestros sentimientos no le damos cabida a algunas sensaciones, porque o estamos ya muy viejos para eso, o, tenemos otros compromisos o prioridades. Pero, como, suele pasar, en estos casos en los que creemos que tenemos absoluto control de lo que podemos o no sentir, de lo que podemos o no hacer, la vida con toda su fuerza nos abofetea con descaro.

Los límites, en realidad no nos los imponemos, en realidad la sociedad y todos sus mecanismos de clonación (hacernos idénticos los unos de los otros) son los culpables de tanta lobotomía absurda. Desde un punto de vista astrológica todas esas limitaciones se relacionan con Saturno. Pero, hoy no quiero hablar de él, sino al contrario, de quien disuelve los límites.. Hoy es el turno de Neptuno.

Te gusta más la montaña pero la playa no está mal

Neptuno la fuerza planetaria que es capaz de borrar todo con su oleaje, Neptuno tiene la capacidad de recordarnos que somos almas encarceladas en una prisión corpórea, y este concepto, no es nuevo ya desde los tiempos antiguos se ha planteado. Neptuno, ha sido uno de mis favoritos, es locura, es alucinación, es perderse y no volver, es la irrealidad que es la realidad, es el escapismo, me he refugiado en él, en más de una ocasión. No he terminado en el manicomío ¿por qué?... mmmm... la verdad no lo sé.

Neptuno representa el océano y todas las maravillas que encontramos en él. En Neptuno encontramos respuestas, pero a diferencia de Urano (otro planeta exterior) no encontramos las respuestas afuera, más allá de las estrellas, sino aquí en nuestro planeta, en el interior del mismo océano. Neptuno es la más pura expresión del elemento agua, porque en si él es Agua. Es el agua que penetra todos tus intersticios y te inunda de emociones incontrolables, te hace perder la razón y con todo gusto estás dispuesto a hacerlo.
Mmmm..... la playita!

Neptuno se encuentra muy cómodo en Piscis,es el signo de su propia regencia, Piscis son los peces y Neptuno el Mar, todo cuadra como si fuera un perfecto puzzle. Neptuno deja su retrogradación hoy, y la marea baja, lo que ocurrió mientras estuvo retrógrado, puede que sea una especie de espejismo para muchos, que cuando abras los ojos no quede nada, puede ser que el canto de las sirenas acabe y también su hechizo. Pero, también puede ser que al abrir los ojos, te enteres que la realidad supera a la fantasía y que lo que creías un sueño estaba ahí frente a ti, esperando a hacer descubierto.

Neptuno es el amor sin límites, Neptuno de hecho es todo sin limites, sin barreras, pero, me gusta pensar en Neptuno como la manifestación más grande del Amor, de hecho, Venus el planeta del Amor se exalta en Piscis y Neptuno es considerado la octava mayor de Venus. Venus es atracción que se necesita para unir dos cuerpos, pero, no necesariamente este encuentro va a concluir satisfactoria. Mientras Neptuno es la atracción necesaria para unir dos almas que en un principio fueron una. Neptuno trasciende toda razón, toda lógica, se ama porque se ama, no hay más explicación. Neptuno no borra tu pasado, lo amalgama, con el presente y el futuro y quien cae en ese influjo, cae en la más exquisita de las sensaciones.

En psicología se habla de la experiencia océanica, a un extremo estado de alteración de la conciencia. Freud lo relacionó con la religión y el extasis vivido por algunos mártires, por el contacto a una etapa previa a la formación del Ego. Jung con el contacto con la psique colectiva ( Inconsciente Colectivo). Sea como sea, esta experiencia oceánica que por cierto en inglés se le denomina “Oceanic Feeling” y por ende se le relaciona más las sensaciones y emociones, es lo que se siente cuando Neptuno te hace abrir los ojos y ves que los sueños ya no son sueños ni la realidad es realidad.
Ya no dudo, dejé de pensar

Te decía al inicio, tendemos a limitarnos pero, la vida te da uno de sus "knock outs" y todo cambia. Yo, me enamoré con Neptuno retrógrado, tuve miedo, tuve dudas, incluso dormí muy mal. Tenía miedo a un día como hoy y pensar que el mar me arrebataría lo que me trajo, pero, a pesar de lo que muchos recomiendan cuando Neptuno se encuentra retrógrado, y es salir huyendo hacia la orilla y esperar que vuelva a estar directo para volver a intentarlo, yo, me hundía más y más en la profundidad neptuniana. Neptunizado hasta más no poder, me di cuenta que yo ya no era yo, era mi alma que se había encontrado con su complemento, que ya no había cabos sueltos y que el día en que el dios del Mar volviera a estar directo todo sería mejor, porque la fusión había sido total y ahora sólo queda vivir el sueño pero ya despiertos.

Porque es precisamente eso lo que propone Neptuno en Piscis cada vez que vuelve a estar directo, vivir en función de tus sueños, porque una vez que contactaste con ellos en su retrogradación ya no hay vuelta atrás. Llegaste al punto de no retorno y aunque salgas del Mar, el Mar sigue contigo.












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