martes, 27 de agosto de 2013

De Libra a Escorpio: ¿De la boda, a la luna de miel y luego qué?





Todos tenemos un sin fin de manías y defectos, claro, también una que otra virtud. Dentro de esa gama de vicios que pueden ser virtud, considero yo tener una especie de obsesión por la lectura. Desde que recuerdo, me recuerdo leyendo, así que ahora verme de repente revisando algunos blogs que sigo, leyendo alguna revista a la que estoy suscrito, me parece de lo más normal.

Hoy te contaré una historia que empezó precisamente mientras leía la revista Time del mes de abril (de este 2013); era un día común, como la mayoría en mi vida, esperaba a un amigo, uno muy querido y particular, tampoco vayáis a creer que tengo una cohorte de amigos, porque en realidad no es así. Yo simplemente esperaba a este amigo en un ristorante italiano cerca de mi oficina, lo esperaba para almorzar y yo cándidamente leía el Times, lo que pareciera dentro del contexto de mi país, un poco snob, pero, al menos a mi no me parecía así. Era una edición bastante diferente, en su portada tenía la foto de dos hombres besándose y decía algo así como “El matrimonio gay ya ganó” un titulo bastante sugerente, en especial sí caes en esa clasificación de gay. Estaba muy ensimismado en mi lectura cuando mi amigo llegó, unos minutos tarde como acostumbra, se sentó y ordenó, yo dejé de lado la revista y el miró la portada, de paso, recalcaré que mi amigo pues homosexual no es y sí lo es ni yo ni él nos hemos enterado. ¡Jajajajajaja ya no merecéis llamaros gay! Me dijo. Lo cual me sorprendió. ¿Qué quieres decir con eso? Le pregunté: “Pues, nada, simplemente que gay en otros tiempos antes de ser una palabra acuñada para designar a los homosexuales, significaba en inglés alegre o divertido, pero, ahora vosotros con todo esto de la lucha por la igualdad de derechos civiles y la no discriminación, creo que dejaréis de ser tan felices como solías serlo. Os casarais para divorciaros a los seis meses. “Pero, Joder!! Ni que fuésemos Britney Spears en las Vegas” le contesté un poco alterado, porque en el fondo algunos de nosotros soñamos con ese momento en el que nos dicen os declaro “marido y marido” y ahora venía este tío a echarme encima una especie de mal agüero, y hacerme pensar que si al casarme perdería toda la magia.

En realidad esa noche no dormí bien, y lo digo con seriedad, porque los que me conocen saben que a veces no cierro los ojos en toda la noche, pero, vaya esa noche si que no dormí, pensando y repasando lo que ocurría después del matrimonio, al menos a mi alrededor. Mis padres seguían felizmente casados ya por décadas o más bien siglos, mis hermanos casados, divorciados y vueltos a casar, la mayoría de mis amigos y colegas heterosexuales, unos casados y cansados de lidiar con toda esa vida de “pareja” que parece no ser tan maravillosa como creía y otros muchos de nuevo en la jungla de la soltería, viendo a cual nueva presa atacar. Pensé: ¿Será que todo esta lucha legal de verdad, al final nos terminará quitando el “charming” de ser gay o será que estaré como mi padre planeando con mi madre si se irán a Kenia de vacaciones o alguna playa en una isla del pacífico. Pero, volviendo al asunto astrológico y dejando de lado las disertaciones si me iré o no a matricidiar, me di cuenta que Saturno en Libra fue el que ayudó a mi comunidad a luchar por tener al menos la prerrogativa de intentar ser feliz y llevar una vida un tanto anodina y muy convencional con su pareja.

Saturno estuvo en Libra desde el 2009-2010 hasta el 2012, este planeta se encontraba exaltado, o sea tenía más poder del que suele tener. Libra es el signo por excelencia de las relaciones y los contratos, ergo, el Matrimonio. Saturno es la ley. Libra es la equidad, Saturno es el convencionalismo. Además Saturno en Libra nos debía una, pues, antes de este tránsito, la última vez, a principios de los ochentas nos dejó a la epidemia del SIDA y muchos aún culpan a nuestra comunidad por la propagación de la plaga. Así que como es Saturno, el más correcto y rígido de todos los planetas, nos pagó esa deuda y abrió de par en par las puertas del ayuntamiento para que Adán se casara con otro Adán. Por supuesto, este tránsito no sólo ponía a prueba la intolerancia de muchos países sino también a muchas parejas, Saturno en Libra parecía haberse ensimismado con las parejas de larga duración, quieres que sea para siempre, ¡pues toma esto! Y es así como vi, durante este tránsito a muchos amigos tanto homosexuales como heterosexuales lidiar con los miedos más extraños en su vida en pareja, algunos terminaron separándose, no soportaron la depresión, las enfermedades o las exigencias de su media naranja. Sí Saturno les hizo tomar decisiones frías y cortantes. Pero, ya eso pasó, Saturno se encuentra en estos momentos por Escorpio y la boda ya pasó, la luna de miel o hiel está empezando, ¿Qué nos tendrá preparado este Saturno, tendrá alguna deuda que pagarnos?

Hace 29 años atrás aproximadamente, Saturno se encontraba también en Escorpio, el SIDA empezaba a hacer estragos, pero, como en Escorpio todo es a nivel casi invisible, se logró aislar el virus, se descubrió que la clave estaba en la monogamia, un tema que nos guste o no, es muy escorpiónico, “serás mío y sólo mío” es el eslogan favorito de este arácnido de apéndice ponzoñoso. La industria del látex proliferó también, como es de esperarse el sexo no paró de vender, sin embargos, los lugares más plutónicos de Nueva York y otras ciudades del mundo vieron una gran reducción en su clientela. Ahora, en este nuevo tránsito Saturno en Escorpio, nos trata con más soltura pero también nos advierte que para morir lo único que necesitas es estar vivo. El SIDA como se dice en los países desarrollados es la nueva Diabetes, si te haces todos los controles médicos y te tomas la medicación, vivirás. ¡Es asunto tuyo! Ahora, por supuesto, el miedo es más bien se cierne sobre la obesidad mórbida y otras nuevas epidemias. Si, los tiempos cambian y nosotros ya hasta nos podemos casar, pero, y aquí viene la pregunta que tanto has esperado: ¿Qué pasará con Saturno en Escorpio y los matrimonios gay?


Si Saturno en Libra es la boda en Escorpio sería la luna de miel y todo lo demás... Saturno en Escorpio nos habla de sexo, del placer de tenerlo con quien has decidido tenerlo, la relación uno a uno que empezó en Libra llega a un punto de intimidad más intenso y pasional. ¿Habrán orgasmos o no durante la noche de bodas? La verdad seamos sinceros, creo que la mayoría de nuestras parejas ya lo saben con anticipación, pues, en nuestra comunidad no tenemos tan arraigado ese mito-cliché de la virginidad, si te has mantenido puro y casto es asunto tuyo, no fue tu madre quien te lo exigió, porque si ella quisiera exigirte algo sería que dejarás ya de pavonearte tanto con esos ajustados pantalones. Entonces, no, en ese aspecto Saturno en Escorpio no tendrá mucho que ver, pero, hay otros temas muy escorpiónicos cada uno de ellos y que con el poder de Saturno, pues te meten miedo hasta en la médula de tu propio inconsciente y más allá. Y te hablo de cuentas mancomunadas, del deseo de adoptar ya no podrás gastar 200 euros en tus camisas italianas, pues si quieres una muñequita oriental como hija, pues la querrás en la mejor escuela, porque sí sé algo es que sí los padres heterosexuales quieren lo mejor para sus hijos, nosotros además queremos lo mejor, lo más caro y llamativo, en cierta manera también tenemos una deuda con la sociedad y es demostrar que podemos ser tan buenos o mejor que cualquier otra familia. Otro tema escorpiónico es la muerte y ¿si te quedas viudo porque tu Adán en realidad tenía una enfermedad cardíaca no controlada? y ¿qué me dices de los secretos , la infidelidad y la traición? ¿Podrías lidiar con eso? Y el tema más común de Saturno en Escorpio, la maldita impotencia, ¿Qué harías si de repente la varita pierde su magia y no es por tu culpa? ¿Si la pastilla azul deja de funcionar y recurres a todos los medicamentos tanto alopáticos como homeopáticos y ninguno parece hacer resucitar a tu amiguito? Sí, dime ¿Qué harías por qué después de todo prometiste estar con tu Adán hasta que la muerte los separe? Pero, dime, ¿cuál muerte, la tuya, la de él, o la de la relación?... Será que todo al final era como decía mi amigo, a partir de ahora, no deberíamos llamarnos gay, porque ya ni felices ni divertidos se nos ve.




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